Una habitación Montessori es la inversión perfecta para que los más pequeños y queridos de la casa disfruten de un espacio ordenado, bello y que fomente el autoaprendizaje. Porque amoldar un cuarto a esta filosofía educativa es mucho más fácil de lo que crees.
Aprende cuáles son los principios básicos que debe seguir cualquier habitación Montessori, la distribución más adecuada y todos los beneficios que aportará a tus hijos. Una pequeña inversión que hará que esté más preparado que nunca para el mundo real.
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Principios fundamentales de una habitación Montessori
Cuando son bebés, la absorción de aprendizajes es altísima. Hábitos, costumbres y otras sensibilidades se graban en la mente de los pequeños para luego reproducirlos cuando son mayores. Las habitaciones Montessori tienen un impacto importante en todo este proceso.
Para ello, la idea de María Montessori era crear un espacio donde el principal elemento fuera el autoaprendizaje. Con un ambiente preparado de forma adecuada, la autonomía del niño se potenciaría muchísimo más que en otras circunstancias.
La habitación debe ser simple, es decir, que el espacio esté preparado para desplazarse con facilidad, organizarse adecuadamente y se puedan encontrar las cosas con suma sencillez. Ya no sólo por el niño, sino para ti mismo.
Esto no significa que el cuarto deba ser feo, sino que también se debe estimular la belleza. La decoración es clave para que trabaje la capacidad de observación del niño. Una habitación que contenga una armonía adecuada creará una inquietud artística mucho más interesante.
Por último, una habitación Montessori es sinónimo de orden. Aprender a dejar las cosas donde se encuentran es fácil enseñarlo desde pequeño, pero tienen que ver el qué y el dónde. Este orden será capaz de extrapolarlo en otros ámbitos de su vida, como en los estudios y el trabajo.
Beneficios de crear una habitación Montessori
En resumidas cuentas, si te decides por crear una habitación Montessori para bebés encontrarás innumerables beneficios. Los más destacables son:
- Fomenta el autoaprendizaje, así como los valores de respeto y cuidado por las cosas al crecer en un ambiente preparado para ello.
- Aporta un papel activo a los padres, responsables de guiar al pequeño en el uso de la habitación Montessori.
- Su sencillez y orden hace que sea fácil de adaptar a medida que el infante crece, sustituyendo unos elementos por otros más adecuados para su edad.
- Es un espacio seguro, ya que potencia el uso de muebles sin esquinas, así como alfombras y cubresuelos que permitan andar descalzos.
- La limpieza se puede hacer con facilidad gracias a que cada cosa está siempre en su lugar, sin llegar a ser extremadamente minimalista.
Las 4 zonas que debe tener una habitación Montessori
Las habitaciones Montessori para bebés deben dividirse en diferentes zonas, logrando así que los padres y el niño sepan qué toca en cada una de ellas. Este orden exige que, al menos, existan cuatro zonas básicas.
Zona de descanso
Básicamente donde se encuentre la cama. Debe ser un espacio cómodo y atractivo para el descanso, por lo que el uso de mantas y fundas nórdicas infantiles es lo ideal para que se sienta acogedor. Peluches y cojines pueden usarse para mejorar la comodidad cuando son más pequeños.
Zona de actividades
Espacio en el que el pequeño trabajará más la autonomía y la independencia, a la par que la creatividad y la imaginación. La decoración incentiva las ganas de jugar, pudiendo estar todos los juguetes y otros elementos relacionados a una altura para que el niño pueda recogerlos y guardarlos cuando quiera.
Zona de cuidado personal
Lugar donde se realizan los cambios de pañales, así como el uso de diferentes productos que necesite el bebé. Deben estar almacenados de una forma adecuada, pero sólo al alcance de los adultos. El niño debe entender que debe acudir a ella porque le ocurre algo, ya sea un cambio de pañal o cualquier otra cosa relacionada con la salud.
Zona de lactancia
O también conocida zona de alimentación, que haya una silla y una mesita donde pueda sentarse de mayor para comer es lo ideal. De más pequeños, esta zona es donde se le dará de pecho y debe asociarla siempre en aquellos momentos que tenga hambre o simplemente sea hora de comer.